El 6 de junio se celebra el Día Mundial del Paciente Trasplantado, buscando concienciar sobre la importancia de la donación de órganos como medio para salvar vidas.
España como país con mayor número de donantes de órganos, un total de casi 50 donantes por cada millón de habitantes, se ha convertido en modelo a seguir por muchos países del mundo. Algunos estudios destacan las claves de nuestro éxito, los profesionales de la medicina, la adecuada identificación de potenciales donantes en los departamentos de urgencias y una población concienciada, principalmente.
Pero, ¿cómo puede afectar un trasplante a la salud bucodental? En la mayoría de los pacientes trasplantados no existen estudios de incidencia en la boca. Aunque si puede afirmarse que en el caso de trasplantes hepáticos se han producido patologías periodontales en la mayoría de los pacientes.
Las enfermedades susceptibles de tratamiento con trasplante hepático son múltiples, en España las más frecuentes son la cirrosis provocada por el virus de la hepatitis C y la cirrosis alcohólica. Una vez que se ha producido el trasplante se debe prevenir las posibles infecciones, por lo que se trata a los pacientes con inmunosupresores como la ciclosporina y el tacrolimus.
El estado de inmunosupresión afecta a la cavidad bucal, generando agrandamiento gingival, recesiones gingivales y movilidades dentarias. Para la cura de estas patologías bucodentales se recomienda un seguimiento y tratamiento paliativo y local. Es importante combatir la xerostomía, las infecciones y mejorar las condiciones higiénicas de los dientes y de las prótesis. Además, es recomendable el uso local de clorhexidina y flúor, así como la eliminación del tabaco y del alcohol y realizar cambios en los hábitos dietéticos.
Acude a tu Clínica Real e informa a tu odontólogo de cualquier trasplante, especialmente en los hepáticos. La instrucción sobre higiene bucal y cuidados y la vigilancia de nuestros profesionales ayudarán a evitar patologías posteriores.