Continuando con las entradas de las últimas semanas que han estado vinculadas a la caries hoy vamos a dedicar este post al tratamiento de la misma. Esta es una enfermedad dental tiene un origen infeccioso, pues se debe a la acumulación de placa bacteriana y al ataque de estos microorganismos sobre la estructura dental, mediante el ácido que producen al digerir los alimentos.
El tratamiento de la caries tiene dos caminos. En un primer contacto con el dentista este tratará la infección, eliminándola y prescribiendo el tratamiento necesario para devolver la normalidad a la boca.
Una vez eliminada la infección, comienza la segunda parte del tratamiento la reparación y reconstrucción de la pieza dental afectada, para recuperar totalmente su funcionalidad. Para saber hasta donde debe llegar la reparación el especialista valorará el grado de afectación del diente, para ello realizará una exploración minuciosa de la zona, que, en ocasiones, se apoya en una radiografía dental.
Una vez realizado el estudio se procederá al tratamiento. Este estará muy vinculado a cómo se encuentra la zona afectada. Si se trata solo del esmalte, se recomienda al paciente una higiene bucal más exhaustiva y la vuelta a revisión al cabo del tiempo. Cuando se ve afectado el esmalte y, también la dentina, se elimina el tejido enfermo y se reconstruye el diente rellenando el hueco, el llamado empaste. Si la caries ha llegado a la pulpa el tratamiento requiere de endodoncia, extrayendo la pulpa, limpiando la zona y reconstruyendo el diente. Para dicha reconstrucción se suele colocar una corona o funda.
En Clínica Real aconsejamos a nuestros pacientes revisiones anuales para prevenir la caries y en caso de sufrir esta, realizaremos los tratamientos profesionales necesarios para poner fin a la caries en tu boca.
